Saramago, con la punta del puñal de sus letras, traspasa nuestros sentidos, y nos hace imaginar un mundo diferente. Un hombre capaz de vislumbrar ese río de leche, especie de “ceguera”, para nosotros (as) llamada sistema, expresado en la normalidad que genera conformidad hasta que él en verdad nos contrapone a la locura; al “caos que es su orden por descifrar”.
¡Nos incita a hacerlo!, a descifrar esa explotación que vivimos y descubrir la luz después de esa ceguera, que la “lucidez” que se trasforma en lucha nos permite ver.
Amigo, fiel amante revolucionario, escritor de la prosa real de un sistema que nos desmenuza, decidor y transformador de realidades, bajo la conciencia que genera su literatura.
A ti el homenaje camarada Saramago:
Tu cuerpo a 87 años de habitar, se duerme eternamente,
con sus huellas frescas que no desaparecen.
Tus escritos seguirán inspirando a muchos y muchas en esta lucha.
c. Jéssica Ochoa
JCE-CPA.
Aquí, algunos extractos de José Saramago:
“La Flor Más Grande del Mundo”
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