Un año más, el movimiento feminista, y la ciudanía en general, afrontamos el día internacional contra la violencia de género.
Una violencia que sufrimos las mujeres y que se manifiesta en muchos sentidos... con la violencia física que ejercen nuestros compañeros sobre nosotras, con la violencia económica de un sistema que nos ahoga en la precariedad y la discriminación salarial o con la violencia que ejerce la sociedad en la que vivimos que nos contruye unos roles sociales que se tornan impositivos, como la doble jornada laboral y doméstica que cargamos a nuestras espaldas. Estos son sólo dos ejemplos, pero hay multitud de ellos.
Especialmente hoy, desde la Juventud Comunista del Ecuador queremos poner el acento sobre las desigualdades que producen la penalización del aborto en nuestro país.
El objetivo con la penalización del mismo, vemos que no se cumple ni de cerca, las mujeres siguen abortando ante embarazos no deseados. Ante esta realidad surge una problemática concreta: el indíce altísimo de muertes de mujeres practicándose abortos, de mujeres que no tienen los recursos económicos necesarios para practicarse un aborto seguro, con lo que la problemática concreta se centra en la cuestión de la clase a la que cada mujer pertenece, de este modo, las mujeres burguesas que quieren practicarse un aborto lo harán y no sufrirán peligro alguno, y las mujeres de la clase trabajadora, estaremos completamente expuestas a riesgos.
Especialmente hoy, desde la Juventud Comunista del Ecuador queremos poner el acento sobre las desigualdades que producen la penalización del aborto en nuestro país.
El objetivo con la penalización del mismo, vemos que no se cumple ni de cerca, las mujeres siguen abortando ante embarazos no deseados. Ante esta realidad surge una problemática concreta: el indíce altísimo de muertes de mujeres practicándose abortos, de mujeres que no tienen los recursos económicos necesarios para practicarse un aborto seguro, con lo que la problemática concreta se centra en la cuestión de la clase a la que cada mujer pertenece, de este modo, las mujeres burguesas que quieren practicarse un aborto lo harán y no sufrirán peligro alguno, y las mujeres de la clase trabajadora, estaremos completamente expuestas a riesgos.