El juicio de Luis Posada Carriles, ex agente de la CIA, considerado terrorista por autoridades estadounidenses y extranjeras, prosiguió esta semana en El Paso, Texas, donde está acusado no de derribar aviones comerciales y colocar bombas en centros turísticos, sino sólo de mentir sobre estos actos y violar las leyes migratorias de este país, mientras sus colegas continúan justificando toda acción violenta contra Cuba y amenazando a quienes persiguen al fugitivo.
En esta, la segunda semana de su juicio federal (que se calcula podría durar un mes), llama la atención, primero, que un prófugo de la ley buscado por Interpol, cuya extradición ha sido solicitada formalmente por Venezuela, calificado de
peligrosopor autoridades estadounidenses, acusado de ser autor intelectual de algunos de los actos terroristas y atentados de asesinato más graves en el hemisferio, cene tranquilamente todas las noches en el restaurante de su hotel en lugar de estar en una celda bajo sospecha de terrorismo por el país que declara que su prioridad es la lucha antiterrorista mundial.
Por otro lado, también es notable la presencia de los fantasmas de medio siglo de violencia del exilio anticastrista contra el gobierno cubano, quienes también cenan, junto con Posada, en El Paso todas las noches, incluido Sergio Gilberto Díaz Morejon, quien la semana pasada amenazó de muerte a un abogado que se dedica a perseguir a Posada Carriles para llevarlo ante la justicia por sus actos terroristas.
Díaz Morejon es veterano de la Brigada 2506, la fuerza de exiliados cubanos impulsada y financiada por la CIA para invadir Cuba (Playa Girón) en 1962, donde él fue integrante del Batallón 2, Compañía F, operador de ametralladoras. También fue integrante de Alpha 66, organización anticastrista de Miami que se responsabiliza de actos violentos contra la isla y cubanos desde Estados Unidos.
José Pertierra, quien fue contratado por el gobierno de Venezuela para el caso de la extradición de Posada Carriles informó a La Jornada la semana pasada, que el 10 de enero Díaz Morejón se le acercó, y casi poniendo el dedo contra su cara lo llamó
perroy le preguntó
¿Usted quiere flores? Va necesitar flores, perro.
Pertierra explicó a La Jornada que
perroes la misma palabra en clave que emplearon Posada Carriles y Orlando Bosch -
todos los perros están muertos- para referirse a los pasajeros del avión cubano que hicieron estallar en 1976 matando a sus 73 pasajeros y tripulación. Pertierra denunció la amenaza ante la FBI y poco después agentes de esa policía federal se presentaron en el hotel para ofrecer sus servicios e investigar el hecho.
En entrevista con Telesur la semana pasada, Díaz Morejon justificó los actos de Posada, quien dijo ha dedicado
toda su vida a defender la libertad de todos los hombres. Respecto de pruebas que indican que Posada fue autor intelectual de actos terroristas en La Habana, Díaz indicó que
ni tenía nada que very sólo es
un anticomunista como yo. Pero dijo que en cierto sentido,
todo mundo que ama la libertad puede ser autor intelectual de un acto contra el gobierno comunista de Cuba. Yo también soy autor intelectual de eso, y agregó que los defensores de la
libertad y la democracia, cuando se comete un acto contra un régimen comunista
todos somos autores intelectualesya que
el comunismo es el enemigo número uno de la humanidad.
Posada Carriles, quien en una entrevista con el New York Times orgullosamente comentó sobre los atentados con bomba en varios hoteles en La Habana en 1998, que causaron la muerte de un italiano y heridas a otras personas -uno de los temas centrales que se abordaran en este proceso-, sigue apostando a que la justicia estadounidense no lo condenará, como ha sido el caso hasta ahora. Eso, a pesar de que lo consideran
peligroso.
Vale recordar, como reporta Peter Kornbluh, director del Proyecto sobre Cuba del National Security Archive, que cuando Posada fue excarcelado después de una breve estancia en la prisión de El Paso en 2005, las autoridades federales de migración de este país consideraron que su
liberación de detención representaba un peligro tanto para la comunidad como para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Sin embargo, en este juicio, aunque no centrado en su responsabilidad por estos actos sino por mentir sobre ellos, sí es la primera vez que en Estados Unidos se presentará evidencia sobre su participación en atentados terroristas contra Cuba.
Pero como reporta hoy Pertierra desde El Paso, donde está como observador del juicio, los procesos judiciales estadounidenses en casos como este pueden ser sorprendentes. Hoy se reveló en el tribunal que la fiscal que encabezó el caso contra los cinco cubanos en Miami, Caroline Heck-Miller, es la misma que se negó a presentar cargos criminales contra Posada a pesar de una solicitud formal del propio Departamento de Seguridad Interna en Estados Unidos. Así, los cinco fueron condenados a largas penas denunciadas por un amplio coro de figuras internacionales como injustas, en un caso llevado por una fiscal que rehúso presentar cargos criminales contra Posada en 2005. Pertierra resume que
el hombre que dirigió la campaña terrorista contra Cuba, la misma que los cinco trataron de detener para salvar vidas, es el que la fiscal permitió escapar de la justicia mientras encarceló a los antiterroristas.
(El abogado José Pertierra escribe una crónica diaria sobre el caso, Diario de El Paso en el sitio web Cubadebate).
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